La mesa no está servida.


En el acápite de todas las tribulaciones dadas por simples actos de causalidad, se da una determinada dinamita en el corazón al volver a la misma historia de obsesiones olvidadas, según la psicología es el atrevimiento y el desenlace de todas personas que subliman a un mismo destino para consecuencia de afectar algo en las reacciones química ubicadas en las segregaciones glandulares ubicados en el encéfalo.
El destino se dispara todo está en lo mismo, al continuar con la cadena de un sin número infinito de manifiestos y hacer unos de los libros más largos de la historia llena de poesía barata y ciencia olvidada, pues sorpresa aun la mesa no está servida.
En la cúspide de un determinado momento que genera odio rencor dolor y un millón de escapes, siempre tiene que haber o de existir una consecuencia un señuelo o una decepción, pues que paso ese día, que paso esa noche.

Sonrisa perfecta actitud vencedora y alma pura, las cualidades de fantasías masculinas llegaron ese día, el sentimiento retrograda de nuevo de poseer y de experimentar, no fue tan fácil y aún sigo confundido. La actitud y el vino que desenvolvieron una danza pasional  muy coordinada, aun no estoy seguro, aún sigo confundido, pues al final se llenó a la pobre hipótesis de que la mesa no está servida.
Un sin número de detalles subliminales de apoyo moral, se enredan en un corazón enredado, se llenan de tristeza y melancolía al saber que la mesa no está merecida, la mesa no está correspondida, la mesa no está servida, te sentaste antes de tiempo señor, y aún sigo confundido.
Será que no puedo deshacerme de esos pobres y vagos sentimientos que al final me mantienen vivo, esa patética forma de vivir que me pone a sonreír, ese pedazo que se necesita llenar a un corazón para que se sacie, pero de todos lo que he probado nunca me había llenado pues la mesa no está servida aun.
Aún sigo confundido, confundido del bellísimo bolero que revolotea en mi cabeza, de aquel bolero en que apenas lo escucho, la recuerdo en esos ojazos negros, esa sonrisa perfecta y su alma tan pura.
La vida es injusta, siempre lo ha sido, por eso soy paciente y espero para ver si se suprime la macilenta pero hermosa razón de ese corazón, espero que sí, pues aun la mesa no está servida y siempre vivo confundido.
Tan bajo para ser una obsesión olvidada, pero tan hermoso para ser musas perfectas, al final, la verdadera locura empieza cuando uno empieza a conocerse.
Estas lecciones efímeras de la vida sirven de lección, y coaccionan con un nuevo caminar, con un nuevo emprender. Sigo sintiendo el vino en mi boca, sigo sintiendo los rizos en mis manos, sigo mirando la cintura de tu bailar, la brisa de tu sonrisa y aun las palabras de tu extraña elocuencia, pero pequeña, la mesa aún no está servida, ni siquiera hay una botana.
Esperaré, seré paciente y te lo reitero y te comentaré que aún sigo confundido, sigo en crisis, hasta que llegaras y la mano me brindes, para que me des de comer, de tu boca y de tu miel.
Sigo confundido, pero tengo el vino en mi boca…

Luis, 09, de Agosto del 2017.

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