Será que los destinos inimitables que te da la vida, son pruebas de valentía que conllevan a un suceso imprescindible, lógico pero incoherente a la vez, será que las mejores piedras que te coloca la vida se pasan desapercibidas, al final conformarse con oro para tontos, el pedazo de beta que uno cree que se llenaría de las mejores riquezas pero al final solo es oro para tontos.
Momentos únicos en el cual un
jueves con la balita roja, amigo de campaña, inseparable he incondicional acompañante
de aventuras libertarias. Si lo admito me fui a esas reunión por ti, si lo
admito quise llevarte a casa, si, lo admito te quería comer.
Lo recuerdo como si fuera anoche,
la primera vez que descubriste mi pasión por la frivolidad de tus ojos y de tu
boca pero al final el deseo de encontrar tu locura.
Te transformaste te volviste otra
de mis obsesiones, los cuales mencionare, son olvidadas.
Ese sentido en que al final se
descubre cuando te atemorizas, hicieron prohibir darte mi corazón, tuve la oportunidad
pero al final no me decidí, espero que haya sido para bien para mejorar, para
evitar matarme en tu locura, sinceramente, no quería estar más loco, por ti por
la luna por tu cabello, por tu finura.
La balita roja fue testigo del
momento de paraíso que tuvimos, hubiera deseado que fuera por más tiempo, pero
lo pensé mucho, y las mejores cosas se marchan cuando uno piensa demasiado,
pues a veces las mejores tajadas se lo hacen por instinto enfermizo, efímero y
pasional.
Nunca quise que fuera un beso ósculo,
pues quise que sea algo mucho más atrevido, pues te comento, lo fue.
Por situaciones censurables, te
llamaré Sigel (Diosa del sol en la mitología nórdica), tiene mucho sentido
tiene mucha pasión. Déjame tener el lujo de describirte, de idolatrarte tan solo por un segundo, un
momento, un instante que realmente cuesta para recordar tanta ambición.
Te comente que te bese en aquel
auto, te comente alguna vez que me pareció hermoso y te comente que siempre me
imaginaba a la familia contigo dama, señora.
Sigel, obsesión apasionada Vol.2.
Luis., 03 de julio del 2017.
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