El
etéreo implacable y desmoronarte saltar de tu alma en el cual conjugan todos
los saberes y lecciones para desarmar al armado. El prima amarillo de las luces
de tu jugar, el tira y jala de tus sentimientos experimentados y atravesado por
tus ojos, mi mirar mi querer, mis ganas de decir basta y rómpeme el corazón en
mil pedazos.
Como
siempre se tiende a la teoría lógica pero inaccesible de que los humanos
siempre arruinan las cosas, sabiendo aún así que iba a perder.
El
aruñazo de mi íncubos me des palpita tu sonrisa, en el más grande temor de
todos los seres racionales, lógicos y fríos.
Me
he trasformado, en la esfera que toda sociedad empieza a creer, me he trasformado
en el giro de mi lógica racional, me he transformado en todo lo que no quería transformarme,
porque por los humanos, por el sentir y por la razón.
Acaso
no hay como elegir el agua que te cala hasta los huesos cuando sales de un
concierto, no te elijen les toca, no eliges les toca. Aun así fingiendo amor,
fingiendo café, fingiendo raro placer de cosas vanas y satisfactorias.
Mi
quebrar, tu llanto, mi felicidad la tuya, pero aun así sin amor, esa cadena
invisible que me lleva a la silueta de tu cadera, y mi temblar de cada ves que
encuentro tu fantasma, tu sobra de amor, tu migaja, tu peor es nada.
Se
trasmutó los sueños en simples modelos matemáticos, se calcularon las pasiones
se ha regresado a la normalidad, se ha desguindado el dolor, se vive por
inercia, esperando momentos de gloria, momentos de pasión temporal, y amor
condicionado.
No
somos más que un buen partido, o un ya me toca.
Eso
es todo lo que somos, seres con luz, pero no el ahorrador.
-
Luis, 29/01/18
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