Post-Mortem


Tras mi deceso, me vi rodeado de caminos raros llenos de antiguo adoquín, unas calles oscuras perfumadas de café y canela, me rodea  gente de varias épocas, estaba ahí feliz, pero extrañaba mucho a mi familia y lo que había dejado, pues al fin era un sinónimo de cosas peculiares que en verdad tenían que pasar. Seguí caminando por las calles hasta que un sirviente aristócrata me mostró donde me iba a quedar.

No recuerdo muy bien mi vida pasada, solo recuerdo que otra criatura de luz me dio la opción de que si quisiera darme un año sabático en aquel peculiar mundo o seguir con una vida de nuevo, en el lugar donde muchos lo llaman tierra, me advirtió que nacería con el disco duro en 0 un nuevo inicio, pero con epifanías mentales a los cuales también curiosamente llamaban lagunas mentales.
Era un lugar acorde a gustos y excentricidades pues me toco un departamento raro muy de mí, un sitio donde se sentía y disfrutaba de armonía y paz, entonces, aquel ángel de luz le mencioné que quería antes de un nuevo comienzo vivir la experiencia.

Recuerdo mi departamento, la mesa de centro, el entretenimiento visible y un millar de libros donde se encontraba toda la historia de la creación y los ambiciosos sentimientos de humanidad que han convertido a nuestro mundo a lo que es, me preguntaba como cabía tanas cosas en tan pequeño espacio, eran las 7h30 mientras tocaba un blues que me enseño Israel cuando era un ser terrenal, mientras  la gente sonreía y caminaba, les entendía a todos, y sentía su sentir, amaba ese lugar, amaba esa tranquilidad, recuerdo.

Después de hacer algunas diligencias para permitirme instalarme, decidí ir a una barraca de poesía y música extraña, socialice con varias personas que se encontraban ahí, algunos recién llegados y otras que decidieron sin razón alguna quedarse a vivir, la cuota, tus ganas, no necesitaba nada más.

Recuerdo que un día se me acercó una mujer de mi edad me contaba de su vida pasada, yo ya no la recuerdo tanto, ni tampoco cuando fue mi deceso, ni el motivo ni el porqué, solo recuerdo que me contaba historias de su vida terrenal, recuerdo sus ojos azules cabellera rizada y sonrisa blanca, me comento sobre lo bueno que fue su vida y que decidió quedarse para dar un nuevo encuentro y cuando llegaba la hora del censo quería volver a nacer en una gran ingeniera, ya que a su vida pasada se le dio más a la poesía y escritos.

Me comento sobre sus hijos, que era lo más que recuerda, Victor y Anabbel, mientras tomábamos otra copa de vino, me entendía muy bien con esa dulzura, era de las personas que ante todo tenía el altruismo en su vida, era igual a mí, sin duda el amor en lugares post mortem no está lastimado, pues todas las situaciones que vives ahí, te dan a las personas perfectas.

Le lleve a mi departamento, la desnude, me desnudo, y un sinfín de sentimientos nuevos podríamos tener, la mejor intimidad del universo, me comentó que  quiere quedarse con ella ahí, pues no tenía nada más y yo tampoco, y que podemos vivir toda la eternidad felices en aquel peculiar lugar. No era monótono no era pasajero, era la excentricidad entera de un amor, complicidad y limirente.

Un día de marzo, 19 para ser exacto, amanecí sin su silueta a lado de mi cama, me preguntaba qué pasaría, intente llamarla, pero no contestaba, la seguí buscando por días, su departamento estaba vacío, revisaba los registros en el censo de aquel lugar y también no se encontraba su nombre, todo fue muy extraño.

Día tras día el intento inútil de encontrarla y la buscaba, pero no estaba, mi último esfuerzo fue conversar con el alcalde de la ciudad, un ser prominente y de gran bondad.
Me dijo que por su estado su permanencia en aquel lugar no era legal, una indocumentada del cielo, y que regreso al mundo terrenal, pero sin embargo se encontraba bien.

Me comentó que pocas veces los seres después de la muerte se enamoran, y me preguntó si había disfrutado todo el momento.

Le conteste que nunca en mi vida me había sentido tan lleno de luz y amor, entonces desperté.

Era otro cuerpo, tengo 10 minutos antes de no recordar nada. Pero la veía ahí en una cama de hospital, saliendo de un coma.

-          ..Damián….
-           Luna, acá estoy.



Luis, 19 de marzo del 2019.

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